Development. The Re-balancing of Economic Powers
Autor: Gianni Vaggi
Editorial: Palgrave Macmillan, 2018
Copyright: © 2019 Revista Internacional de Cooperación y Desarrollo.
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Tipo de artículo: Reseña
Recibido: febrero de 2019
Revisado: marzo de 2019
Aceptado: marzo de 2019
Autores
1 Magíster en Ciencias Sociales. Investigador afiliado al Centro Latam Digital.
Correo electrónico: daniel.rojas.lozano@gmail.com
Orcid: http://orcid.org/0000-0002-8902-1224
Cómo citar:
Rojas-Lozano, D. (2019). Reseña: Development. The Re-balancing of Economic Powers. Autor: Gianni Vaggi. Editorial: Palgrave Macmillan, 2018. Revista Internacional de Cooperación y Desarrollo. 6(1). 180-182
DOI 10.21500/23825014.4323
Daniel Rojas-Lozano1
Reseña
El libro Development. The Re-balancing of Economic Powers, escrito por el economista de Cambridge, Gianni Vaggi, busca refrescar el debate sobre el desarrollo, ampliando su noción meramente económica y vinculándolo a aspectos prácticos como los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). El libro se divide en seis capítulos facilitando así su lectura.
Desde la introducción, Vaggi establece las dos premisas fundamentales del libro: (1) el desarrollo es un proceso que implica el empoderamiento de personas, países y puede ser apoyado o restringido por las estructuras sociales y económicas existentes; (2) el re-balance de los poderes económicos es una condición necesaria para un proceso de desarrollo decente. En este sentido, el desarrollo es concebido como un proceso dialéctico cuyo re-balance requiere de una acción política dado su carácter holístico.
Antes de desarrollar su argumentación alrededor del carácter holístico del desarrollo, en el primer capítulo Vaggi recorre someramente algunas teorías de crecimiento que tuvieron mayor relevancia desde la segunda Guerra Mundial, pues inicialmente el desarrollo se consideraba un proceso exclusivamente económico, por lo que estaba directamente vinculado al crecimiento económico y era medido en términos del Producto Interno Bruto (PIB). En la exposición de las diferentes teorías se va haciendo evidente no sólo cómo se incorporan nuevos elementos analíticos alrededor del desarrollo sino también cómo se pasa de un conocimiento teórico abstracto a uno más práctico, especialmente con las teorías heterodoxas (estructuralistas y marxistas), para volver nuevamente a la abstracción propia de la ‘revolución de expectativas racionales’ en la década de los 70’, cuyas implicaciones prácticas pueden observarse en los procesos de desregulación y liberalización económica.
En el segundo capítulo, el autor hace un recorrido por de cumbres, acuerdos y propuestas académicas que fueron tejiendo la nueva noción de desarrollo y cooperación internacional, pues desde la década de los 80, surgió una concepción más amplia del desarrollo, incluyendo aspectos como salud, educación, derechos humanos, entre otros. En la ampliación de esta visión, Vaggi destaca los aportes del Brundtland Report (1987), Human Development Report (2000) y 2000 Millennium Development Goals. En el primero, sobresale la incorporación de las necesidades básicas y la noción sostenibilidad, es decir un desarrollo que no ponga en riesgo el futuro. El segundo, se destaca por aportar el Índice de Desarrollo Humano, una medida ampliamente usada en la actualidad que captura las dimensiones de ingreso (poder adquisitivo), educación (años promedio de educación) y salud (expectativa de vida), y que más recientemente se ajusta por nivel de desigualdad en cada dimensión. En este capítulo, Vaggi resalta la transformación del concepto de pobreza, el cual, evolucionando paralelamente al concepto de desarrollo, incluye nuevas dimensiones que no lo limitan exclusivamente al ingreso per capita.
En el tercer capítulo, el autor discute cuatro cambios económicos que han tenido lugar en las últimas décadas y que, como argumenta, influyen sobre los procesos de desarrollo. Estos cambios son: el crecimiento económico de Asia, el rol predominante de las finanzas internacionales, la concentración del ingreso y la riqueza y la desaceleración económica mundial. En el primer caso, generando nuevos ‘donantes’, pues países asiáticos como China, al dejar de ser países de bajos ingresos, se convierten en fuentes de ayuda para otros países (cooperación Sur-Sur). Igualmente, el crecimiento económico de este país y de la India, tuvieron un impacto global en la reducción del nivel de pobreza, contribuyendo a uno de los objetivos del Milenio. En cuanto a los mercados financieros, Vaggi presenta los costos y beneficios que tienen los flujos de capital para el desarrollo económico, enfatizando en los primeros, particularmente en las crisis generadas por su baja regulación y los mecanismos subyacentes a ellas. Respecto al aumento de la desigualdad, Vaggi recuerda que si bien uno de los ODS es reducir dicha desigualdad, los efectos polarizadores que tiene sobre la sociedad una creciente desigualdad de ingreso, dificultan el objetivo más amplio de lograr una sociedad incluyente. En este sentido, el autor reclama una mayor intervención estatal mediante políticas fiscales.
El cuarto capítulo, el autor regresa nuevamente a la historia económica para enriquecer la discusión sobre desarrollo, esta vez, desde una perspectiva de largo plazo. Aquí se retoman las concepciones de los mercantilistas sobre el libre comercio y el proteccionismo, donde el primero consideraba un juego de suma cero. Además, se abordan los trabajos de los fisiócratas y su distinción entre sectores productivos e improductivos. En este recorrido histórico, Vaggi llega al periodo de la Ilustración, resaltando aquí los aportes de Montesquieu con la división de poderes, de Smith con el incremento de la productividad mediante la división del trabajo, entre otros aportes. Ricardo también tiene su espacio dentro del capítulo, especialmente sus aportes referentes a la teoría del valor trabajo y la tasa decreciente de ganancia, contribución que inspiró los trabajos de otro economista aborado en el capítulo a Marx. Con este último, el enfoque se centra en la acumulación de capital y sus crisis como aspecto inherente al sistema de producción capitalista. A partir de los aportes de los ‘padres fundadores’, Vaggi resalta como lecciones el uso de la historia económica comparada dentro de la economía del desarrollo y deja abiertas algunas preguntas sobre la compleja relación entre personas y recursos, relación que está en el centro de un desarrollo sostenible.
Los últimos dos capítulos del libro constituyen los aportes más novedosos del autor al debate sobre desarrollo. En el capítulo cinco, Vaggi incorpora a la discusión de los ODS dos conceptos de la economía política clásica: valor de uso y valor de cambio. En este sentido, los objetos de desarrollo (educación, salud, libertad, etc.) tienen valor de uso, mientras que: “El valor de cambio de los ‘objetos de desarrollo’ está determinado por las reglas que dominan las estructuras sociales y económicas” (Vaggi, 2018: 104). El problema entonces es que estos objetos de desarrollo se enmarcan en un sistema de producción capitalista donde las ganancias y la acumulación de capital son las fuerzas que determinan las inversiones y valores de cambio, incluso de los objetos de desarrollo. Para resolver este problema o paradoja, Vaggi recurre a otro concepto propio de la economía política clásica: el ciclo de reproducción. Sin embargo, a diferencia del ciclo clásico que requería de los insumos tierra y trabajo para tener como resultado la subsistencia, los ciclos de reproducción sustentable necesitan que tanto las personas como el planeta sean igualmente insumos y productos dentro del ciclo, garantizando así un valor de uso de los insumos y un bienestar generado por los productos.
Si bien Vaggi resalta la relevancia del valor de uso dentro de los ODS, también reconoce que la desaceleración económica mundial de los años recientes hace necesaria le creación de valores de cambio adicionales. El autor presenta entonces una serie de propuestas que buscan reconciliar los valores de cambio y la producción capitalista con los ODS. Dentro de estas propuestas están los enfoques experimentales (randomized control trials) y los institucionalistas, los cuales buscan explicar la conexión entre incentivos, mercado y bienestar. Aunque el vínculo entre estas propuestas y el concepto de valor de cambio vinculado a los ODS es confuso, el autor enfatiza en que dichas propuestas no cuestionan las estructuras de producción capitalista, estructuras cuya modificación sí permitiría esta reconciliación. Por el contrario, los enfoques de ‘decrecimiento’ se acercan más a cuestionar estas estructuras, promoviendo un cambio de valores y estilo de vida para lograr un post-desarrollo sostenible, desvinculado del crecimiento económico y con valores de uso en el centro del proceso. Es importante resaltar que aquí no se discute cómo países de bajos ingresos o en desarrollo pueden entrar en una fase que parece asumir que ya se alcanzó previamente el desarrollo.
Para finalizar, el capítulo presenta la dinámica inherente al ciclo de reproducción financiera, en donde el libre flujo de capitales y la especulación generan más dinero. En esta sección, Vaggi concluye adivirtiendo que dentro de este ciclo financiero, tanto las personas como el planeta y los valores de uso para una sociedad sostenible no son tenidos en cuenta, por el contrario, el valor de cambio el punto de inicio y llegada y el poder está concentrado en pocas manos.
El último capítulo se enfoca en procesos y prácticas que los grupos de interés (stakeholders) deberían buscar para alcanzar el desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las desiguales posiciones de poder en que se encuentran. Vaggi advierte que difícilmente en el mediano plazo se logre una asociación global justa para buscar el desarrollo sostenible, por lo que se concentra en explorar ideas para alcanzar un objetivo más realista: una asociación para el desarrollo. Para esto, de acuerdo al autor, es necesario re-balancear las posiciones de los países, partiendo de la premisa de que diferentes posiciones en el desarrollo implican diferentes contribuciones al cumplimiento de los ODS. En este proceso de re-balancear, Vaggi destaca el rol de los acuerdos de integración regional, los instrumentos financieros, los bonos de desarrollo, entre otros. Finalmente, Vaggi concluye el capítulo apuntando a las negociaciones y el diálogo para re-balancear las posiciones de las partes involucradas en el proceso de desarrollo sostenible.
El libro Development. The Re-balancing of Economic Powers, es un insumo interesante para conocer un concepto con profundas implicaciones prácticas, sobretodo desde la perspectiva de organizaciones internacionales y países desarrollados. El conocimiento de la economía política clásica enriquece la lectura y genera un acercamiento novedoso a los objetivos de desarrollo pactados en diferentes cumbres y acuerdos. Este acercamiento es tal vez el aporte más original del libro, pues permite sacar el concepto de desarrollo de su ámbito exclusivamente económico y teórico para abordarlo desde una perspectiva más práctica y tangible, sin dejar el carácter económico inherente al concepto de desarrollo pero incorporando en él nociones más holísticas. Los últimos dos capítulos, en donde se concentra el aporte más original de Vaggi, dejan abiertos varios caminos para seguir explorando el concepto de desarrollo sostenible desde las dimensiones práctica y teórica, incorporando a la discusión temas de gran relevancia actual como los acuerdos de integración regional y el sistema financiero internacional.