Reseña


Sí es un problema de racismo

Yes it is a problem of racism

Pablo Muñoz Rojo. Editorial Diwan Mayrit, Madrid, 2018.


Nancy Rocío Correa Mosquera1

Autor

1 Socióloga de la Universidad de Caldas, estudiante de DoctorHistoriadora, Magister en Museología y Gestión del Patrimonio. Docente Universidad de Cartagena.

Correo electrónico: ncorream@unicartagena.edu.co

ORCID: 0000-0003-4958-6789

Cómo citar:

Correa, N. (2020). Sí es un problema de racismo. Pablo Muñoz Rojo. Editorial Diwan Mayrit, Madrid, 2018, (Reseña). Revista Internacional de Cooperación y Desarrollo. 7(2). 185-187

DOI 10.21500/23825014.5123

Copyright: © 2020

Revista Internacional de Cooperación y Desarrollo.

Esta revista proporciona acceso abierto a todos sus contenidos bajo los términos de la licencia creative commons Atribución–NoComercial–SinDerivar 4.0 Internacional (CC BY-NC-ND 4.0)

Tipo de artículo: reseña

Recibido: agosto de 2020

Revisado: septiembre de 2020

Aceptado: octubre de 2020


Pablo Muñóz Rojo, autor del texto que comentaremos a continuación, es licenciado en sociología y máster en relaciones internacionales y estudios africanos. Desarrolla un permanente y activo trabajo de investigación sobre los temas que se relacionan con las condiciones sociopolíticas en las que se desenvuelve la vida de millones de personas africanas y afrodescendientes en el mundo contemporáneo, haciendo especial énfasis en los procesos históricos y construcciones discursivas que han condicionado por mecanismos algunas veces explícitos y otras sutiles, su inserción en las sociedades siempre ocupando un lugar de desventaja.

En el libro “Sí es un problema de racismo”, Muñoz nos presenta un interesante documento en el aborda, como su nombre lo pone de presente, el tema central del racismo como práctica discursiva y concreta, presente de manera estructural, dentro de las sociedades occidentales u occidentalizadas, más concretamente aquellas donde por causa de la constitución del llamado sistema mundo, hay presencia africana de data histórica. Le interesa demostrar cómo el racismo, institucionalizado, legitimado y asumido como práctica social, sigue vigente en estas sociedades y condiciona permanente las condiciones de vida de las personas “afro”, relegándolas a ocupar las posiciones más difíciles en cuanto a calidad de vida, integración social y desarrollo, en comparación con las poblaciones blanco-mestizas en los casos de los territorios americanos y de empobrecimiento estructural en las sociedades africanas, evidenciado todo esto a través de los indicadores estadísticos y sociales analiza, que muestran de manera contundente, cómo el ascenso social de las personas afrodescendientes desde los niveles más precarios de pobreza y falta de acceso a bienes y bienestar social, son tristemente más la excepción que la regla.

El autor realiza un interesante ejercicio, que sin el ánimo de ser comparativo, mantiene en perspectiva el impacto del racismo en las sociedades americanas, como ya se ha mencionado, con el impacto que sufrieron por causa del mismo fenómeno las sociedades africanas, permitiéndonos a través de los recorridos históricos que elabora, entender las particularidades de las que se cubre el fenómeno del racismo en cada uno de estos espacios en diferentes momentos históricos. Así mismo nos lleva a comprender cómo ha resultado de efectiva una de las herramientas más poderosas del discurso racista, como lo es la negación de la entidad del “otro”, al que no solo se le limita o niega de plano la posibilidad elaborar sus propios análisis autorreferenciales, sino sobre el cual se construyen representaciones que dominan la imagen y posición que ocupa “el otro - afro” en todo ámbito sociopolítico y económico, llegando en los casos más extremos a negar su condición humana y en los más sutiles negando la validez de las reflexiones en torno a sus propias experiencias, pasando por el desconocimiento de la capacidad de cualquier elaboración epistémica.

Es en ese sentido diciente cómo la carencia de referentes “afro” en las distintas sociedades latinoamericanas, se convierte en un impedimento de autorreconocimiento en el marco de las continuas luchas por la inserción y la supervivencia, ya sutilmente presenta el mensaje de que las personas afro no aportan valor a la sociedad. Esto conlleva que muchas personas sean empujadas a la difícil vertiente psicológica y social de la negación de su condición afrodescendiente, que aunque sea posible en términos autorreferenciales a nivel de la sociedad y sus mecanismos es desconocida y vuelve a “poner” al sujeto identificado a su pesar como “afro”, en su lugar por medio de los sutiles pero permanentes mecanismos de exclusión.

Del lado de las sociedades africanas opera una situación similar, con evidentes diferencias contextuales. La continua interacción desventajosa con Europa desde los siglos xv – xvi, rematada con la contundencia del daño de la colonización decimonónica, que dio lugar a la construcción de una historia africana desprovista de visiones de los mismos africanos sobre los procesos que atravesaron. Es así como históricamente para occidente y el mundo, la representación que ha dominado la historia y la imagen de los africanos, ha sido aquella impuesta desde los relatos dominantes europeos.

El estudio que realiza del impacto del colonialismo decimonónico sobre las sociedades africanas, lleva a esclarecer en parte el origen de las reclamaciones contemporáneas, de estas sociedades a las naciones europeas, que asentaron buena parte de su desarrollo material en las personas y recursos procedentes de áfrica, dando un marco desde el cual comprender las tensiones contemporáneas y lo graves problemas de desigualdad en el mundo que están detrás de lo que muestra el primer plano de fenómenos como las migraciones, integración y racismo.

Es también interés de este documento destacar, cómo el racismo a lo largo de la historia se ha transmutado a medida que se ilegitima y construye mecanismos progresivamente más sutiles, que actúan de manera soterrada para mantener las poblaciones afrodescendientes en América en las posiciones más desventajosas en el marco de las sociedades, permitiendo así fenómenos de marginación y “guetización”, donde la carencia de condiciones de bienestar se muestra de manera inocultable en comparación con otros sectores sociales, y que propone una doble condición de tener que salir de los territorios y abandonar lo “afro” si se quiere “progresar” aun cuando ese no sea el deseo de las personas, y a sabiendas que ese abandono simbólico, no es en modo alguno garantía de inserción ni escape a las sutiles redes que teje el racismo.

Finalmente es muy importante destacar el esfuerzo que realiza el autor por desarrollar su análisis tomando en cuenta la perspectiva de género. Las experiencias de las mujeres africanas y afrodescendientes son en general las menos representadas, dándose una suerte de invisibilización de las problemáticas y experiencias específicamente femeninas, dentro del universo ya de por si escaso de las representaciones autorreferenciales de las personas “afro”, aun cuando la estructura social las ubica en posiciones más marginales en cuanto a la de los mismos hombres.

En conclusión, el libro “Si es un problema de racismo” ofrece herramientas de análisis que permiten penetrar la superficie de los problemas sociales contemporáneos de la población africana y afrodescendiente, comprendiendo cómo en su gran mayoría tienen un arraigo histórico de largo alcance que ha legitimado los procesos de violencia, empobrecimiento y marginación de esta población.