Abstract
La economía desde un comienzo fue entendida, primero como reflexión acerca de la organización y reproducción privada de la existencia, después con la creación del saber moderno de la economía política, ésta ubica las reglas del “buen vivir” colectivo en el espacio privado estatal.
La posterior crítica de la disciplina en cabeza de Carlos Marx, expuesta en su monumental obra, El Capital, ajustó cuentas con los aportes de Adam Ferguson, Adam Smith y David Ricardo (Ricardo, D. 1943). Él mostró la condición antagónica, polar entre capital y trabajo, y su necesaria contradictoria coexistencia, alimentada de sangre, sudor y lágrimas.
El siglo XX evidencia una transformación circuntancial en la política y la economía además de surelación con el crecimiento el Estado mismo, su tranformación y consolidación como Estado Máximo o Estado Minimo. El modelo económico jugo un papel importante ya que este determinaba la reducción del Estado a las márgenes del mercado. Para restablecer el reinado de los sponte acta, el espacio extraestatal de los individuos egoístas de la sociedad de ayer y hoy (Sartori: 1984, 219).