Abstract
La realidad de los pueblos indígenas es incierta, los medios de comunicación dicen poco de lo que en el Amazonas acontece y día a día estos pueblos aborígenes empiezan a ser partícipes de los efectos de la economía global y los efectos negativos de dicho aspecto. Las tierras ancestrales son ahora los cimientos de una nueva época en donde el respeto por la naturaleza parece secundario frente al poder de mercado y el despojo de estas tierras es solo un método de mercantilización sin cualidades humanas, cada día una persona vale mucho menos que unos pocos dólares.
Las políticas públicas deberían proteger a la población civil respecto a los cambiantes contextos, además, se hace necesario que sean oportunas e integrales; por ende, su aplicación debería ser de igual naturaleza. Las políticas públicas dirigidas a los megaproyectos existen y deben ser aplicadas; el gobierno debería garantizar el cumplimiento de dichos estamentos legales para así generar una
realidad semejante entre lo escrito en un papel y lo verídico.