Abstract
En la actualidad, los Estados y sus respectivos gobiernos deben afrontar múltiples desafíos que, en últimas, de no ser satisfechos, devienen en un impacto negativo sobre la capacidad de sus instituciones y la legitimidad que en ellas se observa. Entre tal variedad, la corrupción es postulada como una de las conductas que mayor incidencia sobre los sistemas políticos tiene, no solo por la debilidad tangible que provoca en los Estados al momento de vérselos imposibilitados la satisfacción de demandas sociales, sino también por las distintas caracterizaciones que posee, conteniendo cada una de ellas modalidades, actores y gravedad distinta; ejemplo, de esto es observable en lo denominado como Corrupción a Gran Escala. Lejos de observar en esta última un fenómeno altamente teorizado, la omisión de ser tipificada como un delito en los distintos ordenamientos jurídicos plantea serias amenazas para la democracia, en función del impacto negativo que genera sobre la sociedad. Con base en esto, el presente estudio observa en tal definición carente de análisis un momento preciso para el fortalecimiento de la democracia, a partir de la amplia interlocución en espacios de deliberación, siendo ello un momento previo al instante jurídico-normativo reflejado en el procedimiento legislativo y a través del cual se brinde una legitimidad discursiva de la norma resultante.